Definitivamente una alimentación sana se refleja en nuestra salud general y la salud bucal no se escapa de esto.

Empezando por las madres embarazadas, ya que los gérmenes dentarios se forman en el primer trimestre de gestación.

En nuestra niñez cuando los dientes temporales nos ayudan a comenzar a masticar, a sonreír y pronunciar nuestras primeras palabras.

En la adolescencia, cuando sufrimos los cambios hacia la dentición permanente y por supuesto de adultos y mayores siempre debemos considerar que la dieta se relacionará con nuestra salud bucal.

Deficiencias de vitaminas y minerales, así como de enzimas o proteínas, síndromes de desnutrición o enfermedades metabólicas están muy relacionadas con la formación, la resistencia y la apariencia de nuestros dientes.

Una buena alimentación nos ayudara a que nuestros dientes permanezcan más tiempo en nuestra boca de manera estética y con eficiencia.